Es relativamente frecuente , sobre todo en personas con alguna experiencia traumática , el trastorno de los amigos invisibles. De hecho conocí a alguien que tenía uno con el que charlaba habitualmente en su intimidad, en este caso el amigo en cuestión no tenía rostro y le ayudaba a superar sus neuras. Son personas con un comportamiento totalmente normal en sociedad y que necesitan un apoyo emocional que se inventan.
El caso que se cuenta en esta hilarante comedia protagonizada por James Steward va más allá, pues el personaje no esconde a su amigo sino que se lo presenta a todo el mundo y se va de copas con él, con un agravante, ya que su amigo invisible "Harvey" no es una persona sino un "Puka" , un enorme conejo blanco de dos metros de altura con el que se va a ponerse ciego de copas días sí día también.
Su entorno a veces le sigue la corriente y lo acepta pues la felicidad le embarga cuando está con el mastodóntico conejo, convirtiéndolo en un ser encantador e hipersociable. Una comedia un poco rancia, sí, de 1950, pero no hay que echarse atrás por este detalle porque divierte y mucho, entre otras cosas por su original argumento. En la red está con un sonido nefasto así que mejor pillársela en dvd o vhs.
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