Berlusconi está en serio peligro de pisar chirona. Como en el caso de Al Capone, que fue encarcelado por un delito fiscal, al cavaliere se le quiere empapelar por una de sus travesuras sexuales habituales, pecado que seguramente dejaría chico a otros que habrá cometido en el transcurso de su carrera como magnate o como político en el país de la mafia. Ruby, que ha sido la espoleta de este caso no parece ser una pobre chica de la que se han aprovechado captada en la puerta de un colegio, más bien aparenta ser una profesional autónoma bastante espabilada a la que le quedaban en ese momento cuatro días para pasar el listón de la edad crítica. Berlusconi será juzgado por mujeres lo que a priori lo coloca con un pié en prisión, pero nunca se sabe con il cavaliere, igual es capaz de conquistarlas, llevarse al jurado a uno de sus Bunga-Bungas y darle la vuelta a la tortilla en el último momento. Sea como fuere, Berlusconi es un personaje delicioso para los humoristas gráficos por la gran cantidad de materia prima que aporta para hacer chistes. Allá él y los italianos que nosotros seguiremos divirtiéndonos desde la piel de toro.
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