lunes, 9 de junio de 2008

Cuando las tardes eran eternas

Ahora que empezamos a peinar canas y parece que el reloj cada dia va más deprisa, recordamos algunos con nostalgia aquellas tardes de estudio en la biblioteca de la facultad que parecían no tener fin.

Cafelito a cafelito, en el bar de la facultad se producían animadas tertulias cuyos contenidos eran potencialmente influidos por las toneladas de testosterona que adobaban nuestra caliente sangre de joven pichón.

Hoy encontré en mis carpetas un chiste que hice para un periodico universitario, espero que os traiga buenos recuerdos.

Publicado en "El Universitario" 1995


2 comentarios:

El Juan Pérez dijo...

Con chistes así de machistas te van a poner la cruz.
Por cierto, ¿no tendrás el teléfono de la novata esa?

MOI dijo...

Que me pongan la cruz que quieran, paso de congeniar con esta dictadura zapatista buenista feminista y zerolista, las mujeres estan buenas y que viva España y la libertad creativaaaarrr !!!